Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

El Sr. SAGASTA: Deseo rectificar una equivocación que me ha atribuido el Sr. Ministro de Fomento.

Ha dicho el Sr. Ministro que yo había recordado al Congreso lo que sucedía con los proyectos de los caminos de hierro, como analogía de lo que debía suceder con el proyecto de la Puerta del Sol. Y con este motivo S.S. nos ha dicho que los de los caminos de hierro no venían aquí para que los Sres. Diputados [3.041] juzgasen de ellos. El Sr. Ministro de Fomento se ha olvidado sin duda por un momento de que el trazado de los caminos de hierro se compone de dos partes, o mejor dicho, hay dos trazados, el uno administrativo y el otro facultativo; que el administrativo lo fija al Gobierno con arreglo a los intereses del país, sin que la ciencia, sin que la parte facultativa intervenga en eso, que es de la competencia del Gobierno por lo que se roza con los intereses del país, y al Congreso, que debe conocer en general mejor que al Gobierno los intereses del mismo, puede y debe entender en los proyectos de los caminos de hierro; y para esto vienen aquí esos proyectos, porque podría un camino de hierro estar perfectamente trazado con arreglo a las condiciones de la, ciencia, y ser un mal trazado administrativo.

Fija, pues, el Gobierno, y debe fijarla con el concurso de las Cortes, la parte importante del trazado en un camino de hierro, sin más reglas, sin más condiciones que la conveniencia del país y la buena aplicación de sus intereses al desarrollo general de todos los elementos de la riqueza. De esa manera, el Congreso y el Gobierno fijan los puntos extremos de la línea y los intermedios, y luego viene la ciencia y el trazado facultativo a vencer las dificultades que presenta la naturaleza para unir los puntos extremos con los intermedios. A eso vienen aquí los proyectos de los caminos de hierro, y para ese examen, para ese acuerdo no necesitan los Sres. Diputados tener conocimientos científicos.

Por lo demás, a aquello de que el Congreso no es una reunión entendida para resolver sobre caminos de hierro, puedo yo contestar otra cosa, y es, que tampoco es una reunión económica, y, sin embargo, se tratan en él cuestiones económicas. Y para que vean los Sres. Diputados en lo que me fundaba al traer al debate lo que sucedía con los caminos de hierro con motivo del proyecto de la reforma de la Puerta del Sol, diré que en éste hay también dos cosas, hay la administración, hay los intereses de Madrid, los intereses de la capital de la Monarquía, que dicen: ésta debe ser la magnitud de la plaza, esta debe ser su forma, esta la planta; para eso no se necesita ser arquitecto; no se necesita ser facultativo; y una vez determinada por el Gobierno con el concurso de las Cortes, hay que venir aquí a la cuestión que se refiere a los intereses del país; pues cuanto mayor sea el espacio de la Puerta del Sol, mayor será el sacrificio que tendremos que imponer al país: por consiguiente, deben intervenir las Cortes en la determinación de ese espacio.

Una vez determinado éste, viene lo relativo al arquitecto, lo respectivo a la ciencia, bajo el punto de vista de la higiene, teniendo en cuenta que éste es el centro de donde parten todas las carreteras generales, al menos según la opinión de muchos, y a mi juicio, con razón fundada; viene, pues, la ciencia a retocar, a ornamentar ese espacio. Comprenda, pues, el Sr. Ministro de Fomento las dos partes que constituyen el trazado, el proyecto, y adivinará que es la primera la que quiero que se examine aquí.

(Habla el Sr. Ministro de Fomento marqués de Corvera.)

El Sr. SAGASTA: Voy únicamente a contestar a una pregunta del Sr. Ministro de Fomento. No quiero yo que se derriben más casas; hay bastantes derribadas. Lo que yo quiero es que toda la parte derribada, toda la parte comprendida en la explanada, en lugar de que sea limitada por una línea recta, lo sea por una línea curva, pues así, en lugar de terminar los solares de un modo, terminarían de otro. Esto es lo único que yo pido, sin que esto se oponga a lo que hasta ahora hay hecho.